Riesgos de corridas bancarias y “hot money”
Por Gabriel Rubinstein
Puede haber una gran
corrida de depósitos hacia el dólar antes de las elecciones de octubre de
2019? Sí. No es difícil imaginar que si Cristina fuera
candidata, y favorita, muchos pueden temer a un nuevo cepo (u otro esquema de
control de cambios), e incluso a un default de deudas varias, sin descartar
eventual default con el propio FMI (políticamente podría llegar a “garpar”, como
fue el caso con los fondos buitres, que finalmente Macri arregló en términos
más benignos para Argentina que lo que preveían los propios asesores de Scioli:
pura demagogia barata de CFK que podría volver a ocurrir).
En un caso así, muchos
de los depósitos del sistema, que han estado tranquilos todo este tiempo,
incluso a pesar de las mega devaluaciones del 2018, podrían intentar
salvaguardarse. Muchos preferirán posponer consumos, comprar de u$s 1,000
dólares (y menos), e ir vendiendo de a poco, a medida que se necesite.
Es decir, aún sin “hot
money” (dinero caliente, muy especulativo), podría haber grandes y muy nocivas
corridas bancarias y cambiarias.
A esto, en este
escenario (CFK favorita), hay que agregarle, a este tipo de corridas meramente
defensivas, una probable fuga masiva del dinero “hot”.
Pero el dinero “hot”
puede hacer daño incluso aun cuando Cambiemos fuese el gran favorito. El
análisis costo-beneficio, para quienes hubieran ganado mucho dinero en meses
venideros (por diferencial tasa – dólar), llevaría en cualquier momento, ante
gatillos menores del contexto interno o externo, a pasarse a dólar.
Podemos intentar
“aislar” el dinero “hot” del resto, analizando: a) el comportamiento de los
plazos fijos, b) el ingreso de fondos bancarios (no depósitos) que han ido a
Leliq, c) el remanente de Lebac.
a) Depósitos.
En el gráfico se muestra la evolución de
los plazos fijos, en términos nominales, deflactados por IPC, y deflactado por
la tasa promedio de devengamiento.
Considero que el salto
“real” (prefiero el salto deflactado por tasa de interés) es el más relevante,
y podemos computar desde el 12 de octubre al 13 de noviembre, $79 mil millones
de pesos. Al dólar techo (lo que nos interesa para el caso de súbita fuga)
serían hoy unos u$s 1,700 millones de dólares.
Cabe consignar que no
todo este dinero debe ser considerado “hot”, como no lo era tampoco todo el
dinero en Lebac. Ha habido inversores en Lebac sólo interesados en hacer una
diferencia en pesos para calzarlos con pagos también pesos, y que no les ha
interesado asumir ni beneficios ni riesgos cambiarios. De modo que podríamos
decir que u$s 1,700 MM es en ese sentido un “techo” para el hot money de
depósitos bancarios.
b) Otros
ingresos sistema bancario. Vía ON, préstamos, etc., han habido fondos que
ingresaron para sólo intentar un carry trade positivo, y que claramente, se
irían masivamente ante ganancias interesantes o ante el más mínimo temor de
perder dólares. Una manera de estimar esto sería analizando el incremento de
Leliq por encima de su tasas de devengamiento (renovación del stock), y por encima
del incremento que podría haber tenido este stock derivado del analizado
incremento de depósitos. Estimamos en a)
nuestra
Consultora que, entre el de setiembre y el 13 de noviembre: 1) incremento Leliq:
$ 372,000 MM; 2) Traspaso de Lebac en bancos y Pases a Leliq : $ 170,000 MM, 3)
capitalización intereses Leliq: $ 65,000 MM, 4) aumento encajes remunerados
sector privado: $40,000 MM, 5) aumento encajes remunerados Banco Nación
(colocaciones de Leliq del Tesoro Nacional): $ 45,000 MM., 6) Neto (1-2-3-4-5-6):
$ 52,000 MM. (al techo de la banda: u$s 1,100 MM).
c) El
remanente de Lebac: que era al 13 de noviembre de $190,000 MM (V.N.) y que suponemos es todo “hot
money potencial”
Es decir, que al 13 de
noviembre, podríamos estimar en “potencial hot money”, $ 321,000 ($79,000 MM más $52,000MM más $190,000MM),
es decir un potencial de ventas (máximo) del BCRA de u$s 7,000 MM.
Ahora bien, si
queremos estimar el stock potencial de hot money p.ej. al 30/06/2019,
deberíamos incrementarlo por el devengamiento del nuevo stock, y eventuales
nuevos incrementos de stock (derivados de préstamos e ingresos del exterior). No
sabemos cuánto puede ser el incremento de nuevos ingresos, y tomaré fueran cero
(suponiendo que con dólar cerca del piso y tasas en baja, podrían frenarse
tales ingresos). Con evolución de tasas de intereses de acuerdo al REM, puede
estimarse que nuevo stock sería de $410,000 MM. Considerando una devaluación de
bandas del 1,5% por mes (a fin de junio sería de $ 40,6 y $ 52,5 por dólar),
las eventuales ventas del BCRA podrían ser de casi u$s 7,700 MM.
Por su parte, el BCRA
contaría con un “potencial de dólares para vender” (reservas netas de acuerdo a
definición de FMI, de unos u$s
25,000 MM (reservas brutas por u$s 52,000 MM menos los pasivos en dólares por
u$s 27,000 MM dentro de estos se incluye swap con China pero no los desembolsos
del FMI que según el propio Fondo forman parte de las reservas netas). Para
junio se contaría además con nuevo swap de China lo que eventualmente podrían
ser usados y sumarían u$s 20,000 MM al poder de fuego potencial del BCRA.
Es decir, el máximo a vender representaría un 17% de las reservas
potencialmente vendibles (incluyendo los u$s 20,000 MM de swap).
El BCRA cuenta con el
visto bueno del FMI para vender, siempre que sean ventas diarias de u$s 150 MM
(en tal caso, podría tardarse
unos 51días en abastecer esa demanda, si no aflojara). Sería raro de todos modos, que si la perspectiva
fuera que ganara Cambiemos, el BCRA estuviera cumpliendo su promesa y vendiera
dólares, y las tasas subieran (por contracción de la Base Monetaria), la
demanda de dólares no aflojara. Seguramente lo haría, y la corrida se agotaría
más temprano que tarde.
Moraleja: el único
escenario realmente preocupante para los tenedores de pesos, pareciera ser el
de “Cristina favorita”. En otros
escenarios, si el BCRA y el FMI cumplen sus compromisos, podría haber
inquietud, cierta zozobra por la volatilidad cambiaria (demasiada ancha la
banda de flotación para mi gusto), pero las cosas no pasarían a mayores.
El “hot money” es un
problema. Debe mantenerse “bajo control” (positivo el cambio regulatorio
reciente del BCRA, pero sobre todo el mayor ritmo de baja de tasas de Leliq).
Pero su capacidad de daño en las presentes
circunstancias luce bastante acotada.
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