lunes, 27 de noviembre de 2017

LA INFLACIÓN PARA 2018 EN MANOS DE MARÍA EUGENIA VIDAL


Inflación 2018 en manos de Vidal
Por Gabriel Rubinstein

El BCRA ha hecho gran parte de su tarea: llevó las tasas al 28,75%. Ahora les toca a los empresarios y sindicalistas actuar. Pero éstos se fijarán “mucho” en lo que haga Vidal con los docentes.
La experiencia en este sentido ha sido bien negativa: a) En 2016, se les dio 34,5% de aumento, muy superior al 25% de meta máxima, b) En 2017 se terminó dando un 27,4% de aumento 21,5% “propia del año” más 2,5% del 2016 supuestamente “perdido”, más 3,4% por sumas no remunerativas), muy por encima de la meta máxima del 17%.
Cuanto deberían subir los salarios docentes?

Difícil aceptar haya habido aumento de productividad. Y sabemos que hay más docentes que los necesarios (suplencias, ausentismo, etc.). Lo lógico sería que suban igual que la inflación. El BCRA nos dice que la inflación mínima será el 8%, por lo que no tiene sentido aumentar menos que ello.  La fórmula 8% más cláusula gatillo (cada 3 meses) sería la adecuada: si la inflación llega al 15%, entonces sería 8% más 7%, pero si fuera 10%, sería 8% más 2%.


El IPC tiene una componente salarial del 50%. Lo que decida entonces Vidal con los docentes es clave para proyectar la inflación del 2018. 



lunes, 6 de noviembre de 2017

SALARIOS PÚBLICOS EN 2018

SALARIOS PÚBLICOS EN 2018: DEBERÍAN SUBIR 8% + GATILLO
Gabriel Rubinstein

El Estado tiene 2 herramientas básicas para bajar la inflación hacia las metas anunciadas:

             a) la política monetaria (vía las tasas de interés o vía la cantidad de dinero), y
             b) la política salarial de los empleados estatales.

En rigor, en este proceso de desinflación, seguramente la mayor contribución de la política monetaria es la de lograr que se crean las metas de inflación, y por ende, se fijen paritarias acordes a esas metas.
En cambio, la política salarial es directa, y mucho más contundente.

Las paritarias docentes son las más importantes de cara al 2018, y el en éstas, como en el resto, el Estado debería plantear:

          1) La suba mínima de salarios debe ser del 8% (mínimo de la banda de metas 8%-12%)
          2) A ello hay que sumar subas reales. Dado que la productividad promedio del empleado público es muy baja, en principio no debería haber aumento por este concepto. Si lo hay, deberían ser subas muy acotadas (1 o 2 puntos).
          3) Nadie quiere perjudicar al trabajador. De modo que si la inflación superara el 8%, debería haber “cláusula gatillo” (p.ej. cada 3 meses, aunque el 8% de aumento debería ser p.ej de 3%, 2%, 2%,1% por trimestre), pagando el Estado las diferencias entre la inflación real y el 8%.




Si el Estado actuara así, las metas inflacionarias se cumplirían. Si el Estado “afloja” por incapacidad de dar una pelea justa, y como ha ocurrido en 2016 y 2017, los salarios aumentaron mucho más que las metas, éstas no se habrán de cumplir, aunque el BCRA subiera más las tasas de interés, y sin beneficio ni para la sociedad ni para los propios empleados estatales (ya que la inflación se comerá los salarios más altos acordados).

miércoles, 25 de octubre de 2017

ACTIVIDAD CRECIENDO, ESPERAMOS 3,1% PARA 2017

ACTIVIDAD SIGUE CRECIENDO A BUEN RITMO. MANTENEMOS EXPECTATIVA DE 3,1% PARA 2017

Esperábamos cierta desaceleración de la actividad en agosto luego de que la economía creciera a un ritmo del 0,7% mensual promedio entre mayo y julio. En ese período el crecimiento se ejecutó a un ritmo anualizado del 8,3%.

Esa desaceleración se dio acorde a lo esperado. Estimábamos que en promedio la economía crecería a un ritmo mensual promedio de 0,35% en el período agosto-diciembre y en agosto el crecimiento fue algo menor; del 0,27%.

Para el período septiembre – agosto esperamos un crecimiento promedio mensual del 0,45%, lo que nos lleva a mantener nuestra previsión de crecimiento anual en 3,1%.


miércoles, 18 de octubre de 2017

FUERTE SUBA SALARIAL EXPLICA EN GRAN MEDIDA DESVÍOS DE LAS METAS DE INFLACIÓN

FUERTE SUBA SALARIAL EXPLICA EN GRAN MEDIDA DESVÍOS DE LAS METAS DE INFLACIÓN
Por Gabriel Rubinstein


Entre enero y julio de 2017, el salario promedio de la economía habría aumentado un 18,7% (privado registrado y no registrado).

Y podemos estimar que entre agosto y setiembre aumentaría un 6,2% adicional, completando una suba anual (enero a diciembre) del orden del 26%.

Analizando el IPC como una estructura de costos, el salario explica aproximadamente la mitad del IPC.  Con semejante aumento, no sería lógico suponer que los otros componentes (dólar, tarifas, márgenes empresariales brutos) subieran tan poco como para compensar ello.

No sorprende pues que la inflación tienda a subir en torno al 22%. Este guarismo fue reflejado en el REM[i] todo el año. Es decir con tasas más bajas o tasas más altas, las consultoras veían en general que las metas no se irían a cumplir.

Subas salariales muy alejadas de las metas explican gran parte de este escepticismo y la dificultad en cumplir las metas de inflación.






[i] Relevamiento de Expectativas de Mercado del BCRA

martes, 17 de octubre de 2017

EL IMPACTO DE LOS PRECIOS REGULADOS EN LA INFLACIÓN DE SEPTIEMBRE

EL IMPACTO DE LOS PRECIOS REGULADOS EN LA INFLACIÓN DE SEPTIEMBRE
por Gabriel Rubinstein

El año pasado en septiembre, la inflación había sido del 1,1% (frente al 1,9% de este año)[1]. La razón excluyente de la diferencia se encuentra en lo que sucedió con los precios regulados. En efecto, tanto los estacionales como la inflación núcleo variaron prácticamente lo mismo respecto a agosto de cada año, mientras que los regulados el año pasado cayeron 1,4% (por el fallo de la Corte que retrotrajo las tarifas) y este año creció 1,6% (por la entrada en vigencia de aumentos de tarifas postergados por la justicia, aumentos de cuotas de colegio y medicina prepaga).




Si se mide la incidencia de los regulados en la inflación de cada mes se vería que en septiembre de 2016 tuvieron un aporte negativo a la inflación de 0,36 pp, mientras que en septiembre de 2017 contribuyeron positivamente con 0,37 puntos porcentuales. Es decir que si los regulados no hubieran tenido variaciones, la inflación de septiembre de 2016 hubiera sido de 1,46% (en lugar de 1,10%) y en septiembre de 2017 hubiera sido de 1,53% (en lugar de 1,90%).




[1]    Utilizando la Inflación del INDEC de la región AMBA para septiembre de 2016 y la del INDEC Nacional para septiembre de2017

viernes, 13 de octubre de 2017

Fuerte impacto de precios estacionales y regulados sobre la inflación de septiembre

Fuerte impacto de precios estacionales y regulados sobre la inflación de septiembre

La inflación de septiembre fue muy alta (1,9%) por encima de nuestras estimaciones y las del consenso que la ubicaban entre 1,3% y 1,5%. Los precios regulados y estacionales aportaron 0,8 pp a la variación de la inflación del mes, siendo el 1,1 pp restante explicado por el aumento de la inflación núcleo[1].

Los datos fueron peores a los esperado en parte debido a que, además del efecto estacional habitual que provoca la entrada de la nueva temporada de indumentaria (que aportó casi 0,25 pp a la variación mensual), hubo impactos adicionales en regulados.

Estos ajustes estuvieron relacionados con aumentos en educación privada, la segunda cuota de la suba de salarios de encargados (que afectaron expensas) y los aumentos postergados por la Justicia en el interior de la provincia de Buenos Aires, la provincia de La Pampa y de la provincia de La Rioja que entraron en vigor entre fines de agosto y principios de septiembre (impactando plenamente en la inflación del mes pasado). 

Todos estos efectos, que se podrían caracterizar como transitorios, estacionales y/o puntuales, aportaron casi medio punto más de lo esperado a la inflación de septiembre y afectan nuestra estimación de inflación 2017 que ahora se ubica en 22,0% (antes 21,6%).







[1] La incidencia de cada rubro en la inflación mensual mide cuánto hubiera sido la variación de precios del mes si el resto de los rubros se hubiera mantenido sin cambios. 

jueves, 12 de octubre de 2017

Margenes empresarios y la tasa de interés

Los márgenes empresarios no se muestran sensibles a las tasas de interés
                                                                                        por Gabriel Rubinstein         


Se espera que cuando el BCRA sube las tasas de interés (y lo hizo fuerte en los últimos meses), los empresarios esperen que va a ser más difícil vender sus bienes y servicios si no ajustan sus políticas de precios. Esto los debería llevar a ser más duros en las paritarias, y si es poco lo que consiguen en esto (caso usual), bajar sus márgenes de ganancias (mark up sobre costos). Pero no es lo que ha venido sucediendo. Como se observa en gráfico, la conducta ha sido errática. Esta poca sensibilidad de los márgenes a las tasas de interés es uno de los motivos por los cuales la inflación ha sido más alta que la esperada por el BCRA.


lunes, 9 de octubre de 2017

Inflación 2018: La Clave Salarial

INFLACIÓN 2018: LA CLAVE SALARIAL

                                                                                               Por Gabriel Rubinstein

La tasa de interés real esperada ha subido fuertemente durante 2017, pasando del 2,1% en febrero al 8,4% en setiembre[i]. Sin embargo, la inflación esperada  a 12 meses[ii], bajó  al comienzo, desde 19,7% a 17,5% en abril, cuando las tasas de interés aún no habían subido tanto (de 2,1% a 4,1%). Luego, la inflación esperada casi no se movió,  mostrándose muy insensible a la suba de las tasas reales esperadas  desde el 4,1% al 9,0% (ver gráfico).





Este comportamiento genera dudas sobre la efectividad de la tasa de interés, al menos como único instrumento antinflacionario. Es que cuando el BCRA sube las tasas de interés, y lo hace fuertemente, se esperaría, entre otras cosas, que los sindicatos moderasen sus pretensiones salariales, y los empresarios bajaran los márgenes de ganancias.

Visto desde el punto de vista de los costos de producción, la canasta de bienes y servicios que compone el IPC, contendría aproximadamente, un 50% de costo salarial, y un 20% de márgenes (brutos[iii]) empresariales.

Si la fijación de salarios y márgenes se muestra muy insensible a la suba de tasas de interés (que es lo que ha venido ocurriendo), estamos ante un problema: el BCRA intenta compensar ello con más subas de tasas de interés, y esto a su vez impulsa ciertos desequilibrios: problemas en las empresas endeudadas, menos incentivos a la inversión, crecimiento más bajo que el que sería con tasas más bajas, y tendencia al atraso cambiario.

Que se puede hacer entonces?

Lo mejor sería (desde mi punto de vista) es que el resto del Gobierno se tome “en serio” las metas de inflación, especialmente a la hora de definir los aumentos de los salarios estatales, cosa que lamentable no ocurrió ni en 2016 ni en 2017 (aunque mejoró respecto a las muy malas decisiones de 2016).

Para 2018, tomarse en serio las metas de inflación, implicaría un esquema de fijación de salarios públicos como el siguiente:

a)       Los salarios deberían subir en base a 2 variables: indexación más aumento de salario real
b)      Idealmente, el salario real debería subir por productividad. En promedio del sector público difícil pensar, con tanta gente redundante, sobre todo en provincias y municipios, sea positivo. Además, acorde al plan de que el gasto público no aumente más que la inflación, sería conducente evitar los salarios aumenten más que la inflación. Pero, puja política mediante, supongamos se acordara una suba de 1 punto por encima de la inflación
c)       El BCRA ha dicho que la inflación mínima será 8%. De modo que el salario debería crecer mínimamente, un 8%, más el factor real, de 1%, es decir, un 9%
d)      A esto habría que agregarle una cláusula gatillo, por lo que aumente la inflación más allá de 8%. De modo que si la inflación es 10% (meta para 2018), el salario creciera 11% (8% base + 1% real + 2% gatillo). Y si es 15% (como dice el REM), el salario aumentaría 16% (8%+1%+7%).
e)      Dada la estacionalidad del IPC (por aumentos tarifarios concentrados en los primeros meses del año, y en parte, últimos meses del 2017), el aumento del 9% no debiera ser parejo, sino más alto al comienzo, de modo de no activar cláusula gatillo prematuramente.

Si esto se hiciera así, que pasaría?

1)      Habría más chances de que en el sector privado las paritarias también se acomoden (discutiendo sólo el salario real, en función de la productividad y el poder político en cada gremio)
2)      Si por ejemplo, en promedio el salario aumentara 10% (8% de base más 2% productividad), considerando aumentos de precios regulados promedio durante 2018 del 20,4% (38% energéticos y 13% transportes y otros), suponiendo una leve baja de los márgenes empresariales (mark up sobre costos bajando del 25,1% al 24,8%), y suponiendo el dólar aumentara 2 puntos menos que salarios (es decir 8%), sería realista estimar un IPC en 2018 del 10,3%.
3)      Es decir, que el IPC aumentaría dentro de la banda 8%-12%. Pero, faltaría una segunda ronda, gatillada justamente por la “cláusula gatillo”. Si esta fuera disparada p.ej. trimestralmente, el salario promedio crecería ya no 10% sino 12,3%[iv].
4)      Sin cambios en regulados (aumentos pre fijados), ni márgenes (mismo % de mark up), y con dólar subiendo 2 puntos menos que salarios (no 8% sino 10,5%), el IPC aumentaría finalmente un 12,5%.
5)      Es decir, la meta prácticamente sería cumplida en su límite máximo, con un muy leve desvío (0,5 puntos respecto a máximo desvío aceptado). Y las chances de ir a un dígito en 2019 serían entonces muy altas.
6)      Nótese que no incluimos hasta aquí a la tasa de interés, lo cual en principio daría pie a pensar que podría todo lo anterior lograrse en un marco de tasas de interés reales más bajas que las actuales (a mi entender, bastante más bajas).

En síntesis:

El Gobierno hace bien en tener metas de inflación percibidas como ambiciosas, y en alentar al BCRA a que haga lo necesario para su logro.
Pero tiene que acompañar esto con una convicción en la negociación salarial de la que hasta ahora careció. Convicción no significa intentar perjudicar al asalariado, ya que el lema es “nadie va perder poder de compra”.
Se trata simplemente, de que las metas de inflación no sean “las metas del BCRA”, sino las “metas del Gobierno”. Y que todos trabajen, en serio, al logro de ese cometido.






[i] Tomando como referencia el promedio de la curva de la tasa de Lebacs dividido la tasa de inflación esperada para los próximos 12 meses del REM
[ii] Según REM publicado por BCRA, IPC próximos 12 meses
[iii] Sin incluir costos financieros ni impositivos