Se cumplen 60 días del gobierno de Alberto Fernández (AF). En tren de ser muy breve, y resumir
entonces lo actuado hasta aquí, destacaría los siguientes logros:
1) Disposición a tomar medidas fuertes (empezando por la Ley de Emergencia)
2) Mostrar responsabilidad fiscal asumiendo costos políticos (suspensión de la aplicación de
la fórmula jubilatoria, suba de retenciones a exportaciones, etc)
3) Aplicación de medidas redistributivas (parte del ajuste fiscal, intentando redistribuir
beneficios a los sectores más vulnerables)
4) Reconstrucción del mercado de Letras del Tesoro en pesos, que había quedado muy
dañado tras el reperfilamiento post-PASO de agosto de 2019
5) Buen apoyo político internacional (gira europea) para la negociación con el FMI
También mencionaría algunas acciones o inacciones con resultados negativos. Entre ellas:
1) Mucha demora en el proceso de restructuración con bonistas externos. Se esperaba que
se aprovecharan mejor los meses de noviembre, diciembre y enero, para rondas
exhaustivas con bonistas y FMI, designación de abogados y asesores, etc., proceso que
recién está comenzando.
2) Demora en el proceso de definición de recuperación salarial. Es esencial para definir el
sendero de inflación. Debería lograrse una recuperación gradual de lo perdido en estos
años (por ejemplo 3% y no 15% en 2020), pero ya Camioneros logró un aumento
porcentual sustancial, y Docentes de PBA se encaminan en la misma dirección.
3) La fallida negociación de Kicilof por deuda PBA.
4) El fallido intento de canje del bono dual (AF20).
Hoy, se define si se paga o defaultea el bono AF20?
Un buen resultado de la licitación de hoy de bonos (pensados para que bonistas de AF20
renueven), derrumbaría las probabilidades de canje compulsivo del b
ono. Pero una mala
licitación….no se sabe. Sería muy negativo si se optara por un canje compulsivo, destruyendo lo
que se estaba reconstruyendo bien (curva de pesos). He escuchado argumentar que “una cosa son
las Letras, que se respetarían”, y otra los “bonos en pesos”, que podrían reperfilarse. Sería
desafortunado si se avanzara en esta dirección.
Y el canje externo?
La mesa está servida para un buen arreglo, eficaz para todas las partes y de rápida concreción.
Veamos sucintamente por qué:
a) Bonistas: puede inferirse que la mayoría de los van a votar el canje, han comprado sus
bonos en torno a u$s 95 dólares por cada u$100 nominales. Que luego han visto caer a los
mismos a la zona de u$s 35/40, para recuperarse a la zona de u$s 45/50. Si lograran salir o
valuar sus bonos a u$s 60/65, se darían por satisfechos (implicaría una fuerte pérdida para
alegría de muchos, pero mucho menor a una situación de intento de canje muy agresivo
que desembocara probablemente en default).
b) Argentina: una propuesta que p.ej. estirara unos 7 años promedio los plazos, que bajara
significativamente cupones, con muy escasos pagos (incluso nulos) en los primeros 2 años,
es posible de armar, con quita implícita en Valor Presente Neto del orden del 33%. Que
justamente, llevaría los precios hacia la zona de u$s 60/65. Argentina lograría lo que
necesita y desea. El ratio Deuda (con bonistas más organismos internacionales) a PIB,
podría pasar del 43% a fin de 2020, a un 36% hacia 2030.
c) FMI: un canje exitoso para bonistas y el país, le permitiría estirar a varios años las
acreencias con Argentina, con una probabilidad alta (no certeza), de que finalmente la
deuda con el FMI se iría pagando con emisiones en el mercado internacional, cuando se
pudiese retornar a los mercados normalmente.
El “Plan Integral”
No se requeriría un gran plan, detallado, para arreglar con bonistas y FMI, pero sí, compromiso
con pautas claras que permitan vislumbrar un sendero de viabilidad económica, fiscal, política y
social.
Con las medidas ya tomadas, y con ciertas pocas definiciones centrales, considero sería suficiente.
Estas definiciones deberían ser:
a) Recuperación gradual del salario real (p.ej. 3% por año), para que no vuelva a atrasarse el
dólar
b) En base a lo anterior, esquema de baja sostenida de subas nominales, para que la inflación
en 2020 fuera del orden del 30%, y bajara hasta el famoso dígito anual en pocos años.
c) Reactivación inicial en base a la leve mejora salarial real y la reactivación del crédito,
posible de hacer en las presentes circunstancias.
d) Con PIB creciendo al 2,5% promedio anual (en un primer momento de reactivación, más
alto), con ingresos fiscales creciendo como PIB, y gastos primarios como inflación (bien
podría ser menos), se lograría un superávit primario del 2% anual hacia finales de este
mandato de AF, suficiente para poder pasar exitosamente el test de “sustentabilidad de
deuda” que FMI y privados habrán de hacer.
e) Compromiso de ir tomando medidas desde el PEN o desde el Congreso, según
corresponda, para buscar mejorar la productividad de la economía argentina, que se
encuentra en niveles muy bajos, lo cual frustraría cualquier intento sólido de mejorar la
calidad de vida de los argentinos (tanto los de bajos como los de medianos recursos), y
comprometería la “sustentabilidad” política y social de mediano y largo plazo.
En síntesis, futbolísticamente, diría que el primer tiempo (de 60 días), terminó con 3 a 2 a favor del
gobierno (vs el equipo de “las adversidades”), aunque luego de ir ganando 2 a 0. El partido no está
definido, pero las chances de ganarlo lucen alentadoras. Esperemos que así sea.