viernes, 9 de febrero de 2018

Paritarias: es clave que cierren en 15% más cláusula gatillo

Paritarias: es clave que cierren en 15% más cláusula gatillo

DE LO CONTRARIO, LA META INFLACIONARIA VOLVERÁ A VULNERARSE ESTE AÑO - El Gobierno debería haber aprendido de los errores de 2016 y 2017. Si quiere encauzar las expectativas hacia el objetivo inflacionario, mejor que use este mecanismo de escape.

Por suerte, el presidente Macri relativizó la idea de excluir la cláusula gatillo. Y en todo caso, parece intentar que haya más dureza en el propio sector público (¡en buena hora!). Dejar de lado la cláusula gatillo sería bueno si pudiera preverse que las paritarias cerrasen efectivamente al 15%. Pero prácticamente nadie cree en ello.

Nosotros (similar a otras consultoras) estimamos que la inflación este año rondará el 19%. Para nosotros es muy determinante lo que se arregle en paritarias. Asumimos que los gremios, en caso de que se excluya la cláusula gatillo, lograrán aumentos del orden del 20% (posiblemente, 2 puntos del año pasado, con o sin gatillo de 2017, y 18% por este año). En buena parte porque los gremios argumentarán que las consultoras estiman 18%-20%. Y este círculo vicioso tiene como principal responsable al Estado, que ha evidenciado sobradas muestras de no comprometerse con sus propias metas inflacionarias.

Si efectivamente el PEN lograra que se cierren las paritarias estatales al 15% (sin gatillo o con gatillo a pagarse p. ej en enero de 2019), nosotros bajaríamos las estimaciones de inflación para 2018, del 19% al 17% aproximadamente. Pero aún no confiamos en que ello vaya a suceder (¡ojalá nos equivoquemos!).

Los antecedentes, como decía, son muy negativos en cuanto a la credibilidad negociadora del Gobierno. El mejor ejemplo lo dan las paritarias docentes en la provincia de Buenos Aires: 

En febrero de 2016, tan sólo 40 días después de que el presidente Macri dijera que la inflación ese año se acercaría al 20%, el PEN y el Gobierno de María Eugenia Vidal anunciaron que habían llegado a un acuerdo con los docentes que implicaba un aumento del 34,5%). ¡Nada menos que casi 15 puntos por encima de lo anunciado por Macri! Verdaderamente insólito.

En 2017, tras intensas huelgas, donde el Gobierno esta vez sí parecía haber ganado, se anuncian aumentos del 27,4% (contra una meta máxima de inflación del 17%). 

El Gobierno dijo que el aumento fue menor, pero la realidad es que:

1| Se reconocieron 2,5 puntos de inflación de 2016, luego de que el Gobierno profusamente presentara a los medios que no había habido atrasos en 2017. Nosotros verificamos que esa información era esencialmente cierta para la gran mayoría de los estamentos docentes. El Gobierno de Vidal no presentó nuevas planillas que acreditaran, por ejemplo, que habían calculado mal las cifras, ni realizó ninguna autocrítica al respecto. Cabe pues suponer que ese 3% es puro aumento de 2017. El argumento de "retroactivo" luce bien dudoso.

2| Se pactaron cifras "no remunerativas" del 3%. Es verdad que eso restaría algún aumento para 2018, pero lo cierto es que hubo un aumento extra no contemplado antes. 

3| Y luego tenemos el 21,5% de aumento "puro" de 2017 (y hay que ver qué pasa ahora que la inflación fue mayor a este valor).

4| Lo cierto es que se aumentó un 27% contra la oferta inicial del 18%.

Es decir, fue derrota total del Gobierno. Nadie puede pretender lograr que la inflación no supere el 17%, cuando se dan aumentos del 27%. Y lo que pasó en docentes pasó en muchos gremios. El aumento promedio de salarios, durante 2017, habría terminado siendo también del 27%.

Los salarios representan aproximadamente un 50% del costo del IPC. Si encima tenemos tarifas aumentando también muy por encima de la meta, no hay forma siquiera de tener algún desvío razonable. Para que no suceda lo mismo en 2018, el PEN directamente ha cambiado la meta (del 10% al 15%). Digamos, una dosis de "realismo". Esa misma dosis de realismo debe aplicarla ahora en las negociaciones salariales. Partir de 15% (sin gatillo) para terminar aceptando aumentos entre 18%-20% (sin gatillo), es asegurarse una inflación de ese mismo tenor. No estaría del todo mal. El desvío sería del 20%-33% respecto a la meta (contra un desvío del 70% respecto a la meta en 2017).

Pero mucho mejor sería que directamente el Gobierno se plantara en 15% más gatillo. Los gremios, es lógico, que sin gatillo no acepten por menos de 18%-20%. Pero con gatillo no tendrían razones para no aceptar el 15%. Y nuevamente, si aceptaran esto, la inflación sería entre 2% y 4% menos que sin gatillo (y con valores nominales más altos al 15%).

Luce poco inteligente que el PEN anule ahora la cláusula gatillo, y por ende tienda al 19% de inflación, y luego el BCRA no sepa cómo evitar suba de tasas de interés para intentar arrimar a las metas, suba de tasas que el propio PEN ve como riesgosa, y que lo llevó a bajar las metas el 28 de diciembre último.

Esperemos, entonces, que el Gobierno sea enfático en cuanto a dar aumentos del 15% en todo el sector público. Y que induzca al sector privado a dar aumentos también del 15%, más la cláusula gatillo. Es mejor terminar con una inflación del 17% este año, con 2 puntos más de aumento salarial para 2019 (gatillo), y no terminar con 19% o 20% de inflación, pero sin gatillo. El efecto indexatorio de una inflación más alta sería mayor que el efecto indexatorio de seguir con la cláusula gatillo.

De modo que lucen prematuros y contraproducentes los intentos de dejar de lado esta cláusula. Lo esencial es que el valor que se fije de base no sea más alto que la meta. Es decir que fijar en paritarias promedio del 15% más gatillo luce como lo más realista y positivo para minimizar los desvíos en la meta de inflación.

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