En 2020 estos son los principales desafíos macroeconómicos: reactivar la economía, bajar la
inflación, arreglar el desaguisado de la deuda pública.
Todo se puede (más bien se debe…) hacer bien y rápido. Se necesidad claridad de pensamiento,
capacidad de ejecución, y por supuesto, el debido apoyo político. Esperemos sucedan las 3 cosas.
Reactivación
A nivel “macro” las 3 fuentes principales de reactivación, deberían ser:
a) La “pausa fiscal”. Es decir, al no haber ajuste fiscal adicional, este factor recesivo cesaría.
Un déficit primario del 1%, implicaría un impulso fiscal moderadamente expansivo.
b) Recuperación salarial. En el presente contexto, subas salariales reales del orden del 3%
(más no serían recomendables, porque implicaría empezar a retrasar el tipo de cambio),
implicarían suba neta de la Demanda Agregada, por 2 razones: a) porque el gasto, tirón de
demanda, que realizan los asalariados, sería mayor a lo que dejaran de gastar los
empresarios que deben afrontar ese mayor costo salarial, b) porque en un contexto de
capacidad ociosa elevada y más crédito (y a tasas mucho más bajas), la mayor suba salarial
incentivará a las empresas a producir más y vender más, para atenuar el mayor costo
salarial.
c) Expansión crediticia. Una baja de tasas de Leliq, por ejemplo del 63% al 30%, si las
paritarias resolvieran aumentos salariales del orden del 25%, expandiría la demanda de
crédito, luego del shock crediticio tan adverso de tiempos recientes. Esta mayor demanda
podría ser abastecida por baja de stock de Leliq, expandiendo Base Monetaria compatible
con una inflación “objetivo” dada (por ejemplo 22%).
De los 3 factores, el factor crediticio, bien ejecutado, sería el que mayor aportaría a una
recuperación del PIB, que estimamos, podría llegar a ser del orden del 4% (entre fin de 2019 y fin
de 2020).
Bajar la inflación
El principal problema para bajar la inflación durante 2020 debería ser el impacto fiscal negativo de
la Seguridad Social. Este impacto podría ser atendido via: a) cambiar la fórmula (no aconsejable ni
política, ni social, ni legalmente), b) compensar eso vía impositiva (suba de retenciones al agro,
otros), c) créditos (Banco Mundial, otros). Pero no debería quedar el gobierno “paralizado”, e
inhibirse de concretar una baja sustancial de la inflación (por ejemplo del 55% al 22%) por este
motivo, que implica un costo adicional “por única vez”.
Sobre la base de: no atrasar el tipo de cambio, sólo indexar tarifas, mantener márgenes
empresariales normales, la discusión primera, y las más importante, sería definir cuál sería la
recuperación salarial real para 2020. A mi juicio, habría que prometer a los asalariados una suba
persistente, del 3% anual del salario real, por varios años. Es decir, de ahora en más siempre
mejor, pero resignando el deseo de recuperar lo perdido en estos años (del orden del 15% o más)
“pronto”, por las restricciones macroeconómicas que impone la conveniencia/necesidad de
mantener un tipo de cambio real alto.
Una vez acordada la suba salarial real, debe acordarse la suba nominal. Por ejemplo, que sea 25%
durante 2020, pudiendo entonces el Estado a comprometer subas del tipo de cambio oficial del
20% y tarifas también del 20% concordantemente.
Reperfilar las deudas
Un reperfilamiento de la deuda con privados, con extensión de plazos, baja de cupones (en parte
pagables y en parte capitalizables), sería muy factible de llevar adelante, para beneficio de todas
las partes. También luce muy factible reperfilar las deudas del FMI, en base a un nuevo acuerdo.
Si la economía se reactiva, la inflación baja significativamente, no se atrasa el tipo de cambio, etc.,
los acreedores (bonistas y FMI) verán mucho más factible que Argentina pueda ir generando un
sendero de mejora fiscal, en pos de un superávit primario del orden del 2% anual (el necesario
para que la deuda a PIB no sólo dejara de subir, sino empezara lentamente a bajar). Con ello los
bonos se valorizarán, y la baja de riesgo país posibilitar volver a renovar normalmente las deudas
que vayan venciendo.
Si se acometen los 3 desafíos, con destreza y rapidez, en 3 meses la economía podría ya estar
encauzada. Esto es, sin una carga financiera asfixiante, bajando sustancialmente la angustia
derivada de las altas tasas de inflación, y lo más importante, habiendo recuperado capacidad de
reactivación económica. Más trabajo, más ingresos, menos inflación. Una economía más vibrante,
y a la vez, mucho más tranquila.
Una gran oportunidad para que el nuevo gobierno lidere este proceso exitosamente.
martes, 17 de diciembre de 2019
Cuidar el valor real del dólar - Nota del 05/11/2019
Además de las reservas, el Banco Central
debe cuidar el valor del dólar real, que a fin de octubre superó el valor de
125 (índice BCRA). Costó mucho poder pasar del dólar bajo de fin del gobierno
de Cristina (índice 75 o a precios de hoy, $ 35) que era similar al de fines de
la Convertibilidad (índice de 69 o $ 32 a valores de hoy), y es un logro que
debe cuidarse con esmero.
Es más, la “macro” debería poder
organizarse (a mi juicio) en torno a este índice del orden de 125. Ello nos
debería permitir bajar fuertemente la inflación, reactivar y hacer crecer la
economía, y posibilitar recuperar la solvencia fiscal.
Cuidar el valor real del dólar significa que
el dólar debe ir aumentando casi como aumente la inflación (el IPC menos la
inflación ponderada de Brasil, USA, etc).
Pero puede bajar la inflación de esta
manera? Sí. Qué problema debería haber para que en el Consejo Económico y
Social, se establezcan pautas bien descendentes de salarios, dólar, tarifas y
precios “cuidados”? Por ejemplo, que salarios aumentaran durante 2020 un 25%, y
dólar, tarifas y precios cuidados un 20%. De esta forma el dólar real de 125 se
mantendría, y la inflación sería del orden del 22%, mucho menos que la del 2019
(en torno al 55%). También se podrían pautar 35% de salarios y 30% de dólar,
tarifas y precios cuidados, pero se desperdiciaría una gran oportunidad para
bajar la inflación más fuertemente. Y si el problema para esto fuera la
indexación de la Seguridad Social por el agujero fiscal que produciría, habría
que sancionar alguna ley que haga que la recuperación de jubilaciones sea más
lenta, similar a la gradual recuperación salarial.
Por que ayudaría a reactivar la
economía? Un dólar real “estable”, al
facilitar bajar la inflación sustentablemente, ayudaría a que el salario real
creciera (en el ejemplo, 3 puntos por encima de la inflación), ayudaría a
remonetizar la economía y a expandir el crédito. Por ambas vías (salarial y
crediticia) el PIB crecería.
Y porque ayudaría a recuperar la solvencia
fiscal? La baja fuerte de la inflación y la reactivación económica, crearían
condiciones propicias para ir mejorando la situación fiscal, sin afectar
justamente, las posibilidades de reactivación económica, que hoy debería ser la
mayor prioridad del electo gobierno. Con
un programa “macro” que vaya demostrando que se puede crecer y bajar
fuertemente la inflación, e ir entonces mejorando la situación fiscal, y con un
dólar real estable, la deuda sobre PIB mostraría un sendero a la baja. Esto a
su vez debería posibilitar una negociación por la deuda exitosa, que una vez
restructurada, permitiera justamente vislumbrar, que la deuda en término de PIB
bajaría año a año, condición básica de sustentabilidad.
Cuidar el dólar real, significa no tentarse
con que los controles de cambio o una coyuntura favorable permitieran atrasar
el dólar. Por ejemplo, subas salariales
muy por encima de la suba futura del dólar, o una fuerte emisión monetaria
“aprovechando” el control de cambios (creando dinero no deseado, llamado
“monetary overhang”), atrasarían al dólar. Sería un gran error.
Cuidar el dólar real, significa también evitar
intentar subirlo forzadamente de los valores actuales, vía bruscas
devaluaciones (por ejemplo, con el intento de licuar deuda pública en pesos o
Leliq del BCRA), lo cual redundaría en caída del salario real, recesión, más inestabilidad, más suba de la deuda
(nominada en gran parte en dólares) a PIB.
Si en un futuro las condiciones económicas
aconsejaran revaluar la moneda, o devaluarla, se verá. Pero ahora, el actual
dólar real, sería propicio para reactivar, estabilizar, y coadyuvar a la
recuperación de la solvencia fiscal.
Nuevamente, cuidemos los dólares, y
cuidemos el valor real del dólar.
lunes, 29 de julio de 2019
Alberto Fernández: las Leliq, las tasas, el dólar y los salarios - Columna Cronista 29 jul 19
Alberto
Fernandez levantó polvareda con sus declaraciones. Respecto a las Leliq, no
dijo que las va a defaultear. Pero al decir que “vamos a dejar de pagar los
intereses que Argentina paga todos los días en Leliq” dio pie a que muchos
piensen (y escriban, con mala intención o no), que pueda estar pensando en
defaultearlas. Él luego, y economistas cercanos, aclararon que no piensa
defaultear las Leliq, sino que estaba hablando de bajar las tasas de interés.
Y acá hay
un buen punto. Que debe complementarse con su otro dicho respecto a que el
dólar estaba claramente subvaluado.
Un esquema
de dólar alto y tasas más bajas luce a priori sensato y atendible.
Pero esta
lleva a otros temas. Por caso: acaso el dólar actual, de $43, al ser un 48% más
alto que el del final de Cristina, o un 58% más alto del final de la
convertibilidad, no es un dólar “razonable”? La respuesta de AF es “no” (es
positivo lo haya expresado con claridad). Esto implica que debe estar pensando
por ejemplo, en llevar al dólar digamos a $55.
Si el “passthrough” fuera de 40% (mínimo), y sin más cambios, el dólar
real se iría a un valor real muy similar al de abril de 2019. Si esto fuera así, AF estaría “criticando” al
BCRA por haber permitido apreciar la moneda recientemente (una crítica menor,
que muchos economistas, de variada simpatía política, tendemos a compartir).
Si está
pensando en un dólar real mucho más alto, ya habrá que generar devaluaciones
mucho más altas también.
Pero acá
aparece otra complicación. Si la idea es aumentar salarios reales “ya”, por
ejemplo del 15%, al representar el
salario algo más del 40% del costo del IPC, implicará una suba inmediata
adicional del IPC de más del 6%. Y el dólar se atrasaría inmediatamente. Y
habría que devaluar más aun para intentar compensar. Pero al devaluar más
subirían precios y caería el salario. Una espiral inflacionaria y recesiva, que
sería todo lo contrario de lo que se desea lograr.
Procurar
subir fuerte el tipo de cambio real, y a la vez subir fuerte el salario real no
van de la mano. A menos que se obligue a las empresas, “manu militari”, a que
no aumenten los precios, y acepten perder plata en forma generalizada,
simplemente porque los costos no dan.
Tenemos
entonces una “inconsistencia lógica”. No se pueden subir significativamente salarios y dólar al mismo tiempo.
Las
inconsistencias lógicas se pagan entre otras cosas, con tasas de interés altas,
ya que los depositantes tendrán miedo de perder sus ahorros vía bruscas
devaluaciones (sin considerar el otro riesgo, el de default, ya que si se
llegaran a defaultear las leliq, implicaría default a los depositantes).
Sin tener
por qué pensar mal (que se quiera fomentar ahora una corrida por especulaciones
electorales), Alberto Fernández deberá “pulir” sus ideas y discursos. Y mostrar
una consistencia interna bastante mayor en sus propuestas.
lunes, 22 de julio de 2019
Las definiciones que necesitarían los mercados - Cronista 19 Jul 19
Las mejoras
financieras recientes (baja del riesgo país, baja del dólar, baja de tasas),
correlacionan muy bien con la mejora en las encuestas de Macri, y reconoce 2
hitos: a) 29 de abril, cuando Argentina recuperó la capacidad de usar las
reservas del BCRA para intervenir en el mercado, y b) el 11 de junio, con el
nombramiento de Pichetto como candidato a vicepresidente.
Cualquiera
que tenga contacto con inversores externos o locales, sabe que se sentirían
mucho más tranquilos si ganara Macri-Pichetto.
No
obstante, alguna parte de la mejora reciente en las 3 variables financieras
mencionadas, también sería atribuible al hecho de que para los mercados,
Alberto Fernández (AF) y “probable” equipo (Nielsen, Alvarez Agis), resultan
más predecibles y confiables que lo que hubieran sido Cristina y “probable” equipo
(Kicillof, Mercedes Marcó del Pont, etc), y que hay ciertas expectativas de que
AF podría gobernar “a su manera”, a pesar de los conflictos internos que se
evidencian ya desde ahora (p.ej. la fuerte crítica de Nielsen a Kicilloff y la
defensa de AF a éste).
Lo cierto
es que ahora se viene la “Gran Encuesta Nacional” (PASO) del 11 de agosto.
Finalizada ésta, los “mercados financieros” recalcularán, y asignarán nuevas
probabilidades de éxito a cada bando.
Si AF se
vislumbrara como el más probable ganador, la necesidad de que se definiera respecto
a puntos cruciales de la “macro” aumentarían. Sería muy importante para el
gobierno, y para el BCRA, que tales definiciones ocurrieran cuanto antes, para
ajustar las políticas ante tal eventualidad.
Particularmente
importante sería saber que piensan AF y equipo respecto a los siguientes temas:
a) Sistema Cambiario: flotación libre,
flotación administrada, doble mercado (p.ej. dólar comercial y dólar
financiero, digamos 30% más alto que el comercial)?
b) Valor del dólar: el actual ($42), un
poco más alto ($46)? Mucho más alto ($55, $60, $70) ?
c) Estrategia deuda pública con
privados: cumplimiento a rajatabla, reestructuración a la uruguaya (pago 100%
de intereses pero reprogramación de capital), a la ucraniana (quita del orden
del 30%)?
Imaginemos
que AF y equipo, definieran que:
a) Llevar dólar a $46 (al día de hoy) sería
adecuado (daría índice de TCRM de 116), e indexarlo hasta el 10 de diciembre para
mantener el valor real (valor estimado al 10 de diciembre de $ 50,5).
b) Adhieren al sistema actual de cambio
único, con flotación administrada (al estilo 2003-2008 mientras AF fue Jefe de
Gabinete.
c) Es intención pagar a rajatabla de
deuda (”pero si no nos creen, y nadie nos presta, nos veríamos forzados a
buscar un esquema a la uruguaya”).
d) Buscaremos acordar con FMI cambios
en la secuencia fiscal, y un nuevo esquema de pagos al propio FMI.
En un caso
así, la situación quedaría “despejada” ahora mismo para el BCRA y para el
Gobierno, que podrían (y deberían !) :
a) Ofrecer dólares a la venta en
abundancia, a los valores que se desprenden de la trayectoria “relevada” del
dólar, bastante similar a la política actual del BCRA
b) Activar “YA”, una triple negociación
con el FMI en base a:
a. Convertir el “waiver” cambiario
actual, en una aceptada (por el FMI) política “permanente” de flotación
administrada.
b. Rearmar la secuencia de superávit
fiscal primario, para que sea menor en 2020 (p.ej. 0% en lugar de 1%), para
favorecer una rápida reactivación (que vendría de la mano de un fuerte aumento
de la demanda de crédito, posible por una fuerte baja de las tasas de interés, posible
asimismo por devaluación esperada mucho más cierta), y más alta luego (p.ej.
meta de superávit primario para 2024 del 3% en lugar del 1,3% previsto por el
FMI).
c. Solicitar el “cambio de uso” de los
u$s 7,300 millones de dólares del FMI que están en el BCRA, pasando de
“fortalecimiento de reservas” (pero que no se piensan usar), a “recompra de
bonos” o “pago directo de bonos”. De modo que si los mercados “tardaran” en
creerle a AF, éste no tuviera problemas en pagar las deudas, y los riesgos de
default quedaran virtualmente anulados.
Todo otro escenario (indefiniciones, ambigüedades, declaraciones
contradictorias, “ver que herencia nos dejan”, etc), no haría más que complicar
las cosas. Y en el caso que AF apareciera como favorito, implicaría más tensión
cambiaria (más venta de dólares), tasas en pesos más altas, riesgo país más
elevado, menor actividad económica, etc, etc.
Por tanto, si Macri-Pichetto aparecieran como favoritos tras las PASO,
sería altamente probable un proceso de “mejora continua” de las variables
financieras (persistente baja de riesgo país, posibilidad del BCRA de ser más
agresivo en la baja de tasas de interés y sin riesgos de disparada cambiaria).
Si Alberto Fernández asomara como el favorito, cuanto más rápida y precisamente
se definiera en materia macro, más rápidamente el gobierno de Macri y el BCRA
podrían recalibrar sus políticas acordemente, minimizando los riesgos de una
traumática transición. Pero si en este caso, por cálculo político, o
simplemente por incapacidad de definir aún estrategias y ejecutores, las
respuestas a las preguntas importantes no llegaran, deberemos prepararnos para
algunos meses bastante más angustiantes a los que hemos vivido recientemente.
lunes, 24 de junio de 2019
Solucionando la macro en 1 semana…para abocarnos a los temas importantes - Cronista 24 jun 19
Supongamos que
hoy lunes 24 de junio de 2019, reunimos a los 3 candidatos presidenciales con
más chances, junto a sus principales referentes en materia económica. Y tuviera yo la suerte que me nombraran como
“moderador”. Primero les haría un conjunto de preguntas sobre las que esperaría
(tras algunas discusiones), un consensuado “sí” como respuesta. Estas serían:
- Están de acuerdo con pedirle al FMI una reprogramación de vencimientos, mucho más realista de poder honrar?
- Están de acuerdo en solicitarle al FMI que apruebe profundizar el nuevo sistema cambiario implementado desde el 29 de abril, de modo de pasar de la “libre flotación” a la “flotación administrada”, con amplia capacidad del BCRA para intervenir?
- Están de acuerdo en implementar políticas que permitan reactivar la economía en forma inmediata, impulsando el uso de recursos ociosos (capital y trabajo)?
- Están de acuerdo que debemos recuperar plena solvencia fiscal, y que para ello, entonces debemos apuntar a un superávit primario del 3% del PIB?
- Están de acuerdo qué para coadyuvar a esa reactivación y a esa solvencia fiscal, se le pida al FMI, cambiar la “secuencia y la dosis” (Lavagna dixit) del ajuste fiscal, de modo que en 2020 podamos mantener resultado primario 0% (en lugar de superávit de 1%), pero que hacia 2024, apuntemos a 3% de superávit primario (el FMI preveía mucho menos, 1,3%).
- Están de acuerdo en un programa de recompra de bonos, que permita bajar el riesgo país abruptamente a menos de 500 bp, y despejar completamente las dudas sobre el año 2020? Y que para armar ese fondo, se le pida el FMI que cambie el destino de los u$s 7,000 MM que están en el BCRA, de modo que en lugar de ser para “fortalecer reservas” sean utilizados para “recompra de bonos”?
Luego del
“sí”, les hago la pregunta que para mí es crucial: están de acuerdo en que el
Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM) de 116 (promedio del índice últimos 30 días),
es tentativamente, adecuado para los
próximos años?
Deliberación.
Algunos dicen que “no, de ninguna manera, debería ser mayor, digamos 130”.
Otros argumentan: “mirá que si la economía crece rápido puede ir a menos de 110,
como preveía el FMI hace un tiempito”. Otros, argumentarán que “no tenemos que
opinar sobre el tema, el mercado lo decidirá”. Y el debate sigue. Luego de una
hora, los interrumpo y les pregunto: “que les parece si se prueba tener como
objetivo un índice 125, y en un año se vuelven a reunir todos ustedes, a ver
cómo va funcionando todo, y de ser necesario se revisa este número?”. Que sí, que no, y finalmente: “OK, probemos”.
A partir de
allí se pueden ir concatenando una serie de acciones y medidas, tales como:
- Mañana, martes 25, se le comunica al FMI el amplio consenso logrado.
- El miércoles 26 el FMI le da un Ok a todo lo conversado
- El jueves 27 se le pide al BCRA que discuta, apruebe, e implemente una serie de medidas:
- El anuncio de una Banda Cambiaria, con piso en $46,6, en el cual el BCRA comprara todo lo que el mercado le ofreciera, y un techo de $50,4 en el cual vendiera todo lo que el mercado le pidiera.
- Esa banda se indexaría por una fórmula apropiada, de modo de mantener (centro de la banda), un TCRM de 125
- Dada la mucho mayor certeza de la devaluación esperada, y los casi nulos riesgo de que el techo fuese vulnerado (dado el alto nivel de reservas y el gran consenso político logrado), llevar la tasa Leliq lo más bajo posible (según cálculos de nuestra consultora, la tasa podría bajar, hacia fines de este año, al 30%, para que la Badlar/TM20 fuese del 25%, con inflación esperada en la zona de 20-25%).
- Con la baja de la tasa hacia el 30% aumentaría fuerte la demanda de crédito. Con la baja de la inflación esperada hacia menos del 25%, se esperaría un aumento de la demanda real de dinero. Que entonces el BCRA estudie cuanto podría expandirse el crédito y la base monetaria sin afectar los objetivos de inflación, lo que se haría vía cancelación de Leliq y/o compra de dólares.
- Y que estudie cuánto estima aumentaría el PIB por el aumento del crédito resultante (según nuestras estimaciones, durante 2020, la capacidad utilizada de la industria podría aumentar un 20%, el PIB industrial un 10%, y el PIB un 5%).
- El viernes 28, el BCRA aprueba medidas como las comentadas, y le da Ok a la transferencia de u$s 7,000 MM al Tesoro para recompra de bonos
- El lunes 1 de julio, el Tesoro anuncia la creación de un Fondo de Recompra de Bonos a ser compuesto con esos u$s 7,000 millones, acciones de empresas privadas en poder FGS (para su venta o uso como garantía de préstamos), que se completaría con otros préstamos bancarios externos a gestionar
- El martes 2 de julio, el riesgo país baja a 600 bp de un plumazo, el BCRA compra dólares, las tasas Leliq el BCRA las baja “conservadoramente” al 40%, y la economía ….empieza a volar !!
Solucionado
lo esencial de la “macro”, armamos un nuevo panel, para poder discutir las
cosas verdaderamente importantes: qué reforma laboral sería conveniente, qué
reforma previsional, qué reforma fiscal, qué reforma del gasto en personal en
las provincias, qué régimen implementar para Vaca Muerta, cuanto y como invertir
en educación, en tecnología, en inteligencia artificial, etc, etc, etc.
Y luego,
otro panel, ya más complicado: que hacemos con la Selección? Cómo puede ser que
andemos penando tanto con los grandes jugadores que tenemos? Tenemos que poder
encontrarle la vuelta!
Pero esto
es más difícil. Vayamos paso a paso…..
lunes, 10 de junio de 2019
Gobierno debería ya recomprar bonos Por Gabriel Rubinstein para El Cronista 10 de Junio de 2019
Durante
mucho tiempo, varios economistas insistíamos en que el gobierno debía poder
usar las reservas del BCRA para defender al peso, evitando devaluaciones y
expectativas de devaluación disruptivas e innecesarias, con sus nefastas
consecuencias en hiper tasas de interés. Tuvimos que estar al borde de una
nueva crisis financiera aguda para que recién el BCRA lo hiciera, tras haber
convencido a propios y extraños (FMI), de que eso era lo más conveniente. El 29
de abril alumbró una política cambiaria nueva (en realidad un “waiver” hasta
que terminen las elecciones), y el sólo anuncio logró que la situación
financiera se aliviara.
Y desde
hace un tiempo, varios economistas y analistas de mercados, venimos también
sosteniendo la importancia que tendría que el gobierno active mecanismos de
compra de bonos. Cuando el gobierno se asustó en la previa del 29 de abril,
“parecía” que se hacía eco de esto. Pero en cuanto se “alivió” con la calma del
dólar, esta otra “pata” necesaria de la estabilidad financiera, pareciera
haberse dejado de lado.
La idea
básica es sencilla (aunque no desconozco que la implementación tiene sus
complejidades, lo cual torna más urgente que se empiece “ya” a actuar): armar
un Fondo de Recompra de Bonos, que opere en el mercado, comprando diferentes
bonos, sobre todo los que vencen entre 2020 y 2023.
Si esto se
hiciera los beneficios serían múltiples, y para “todos” y “todas”:
Para el Gobierno, por acentuar la
tranquilidad financiera hasta el fin de las elecciones, coadyuvando asimismo a
la tranquilidad cambiaria, y a su propia performance electoral
- Para quien gane las elecciones en
2020, el beneficio vendría por partida doble: menos vencimientos en 2020 (y
hasta 2023), y dada la baja esperada del riesgo país, más fácil colocar bonos
para financiar el remanente que quede de necesidades financieras (déficit
fiscal y resto de amortizaciones).
- Para los tenedores de bonos, ya que tornaría evidentemente innecesaria toda acción de “semi default”, o la que ha declarado públicamente el candidato Alberto Fernández en cuanto a crear “mecanismos de espera”, o cosas por el estilo, todo lo cual podría (y debería) ser dejado de lado sin más trámite.
- Para la población en general, por los efectos comprobados de que una baja del riesgo país, ayuda a la reactivación del crédito, a la actividad económica, al empleo, etc.
Si algo
beneficia a todos, entonces porque no se hace?
En parte
por “ideología”: así como en el gobierno de Macri muchos creyeron que
intervenir en el mercado cambiario era un “atajo”, y que había que insistir en
la “libre flotación”, también subsisten quienes creen que “intervenir en el
mercado” de bonos sería también un atajo.
En parte
por “soberbia”: este gobierno se ha caracterizado por una conducta pendular,
que va de la soberbia al miedo, que los lleva a actuar, y si creen que les va
bien, vuelven a la soberbia, y dejan de actuar. Entonces ahora que han logrado
“pax cambiaria”, creen que “ya está”, y que no se necesitaría hacer nada más.
Y en parte
por las dificultades intrínsecas a armar un fondo como el propuesto.
El Fondo de
Recompra de Bonos puede armarse con fondeo diverso, como ser:
- Reservas del BCRA. No debería haber
ninguna dificultad “técnica” para abastecer este fondo (tal vez con u$s 5,000
millones de dólares o más). Pero se requiere aprobación del Board del FMI.
Habría que entonces pedirlo HOY para que la aprobación llegara a tiempo.
- Fondos de la ANSES. Han habido propuestas concretas para usar las acciones de empresas en poder del FGS a estos fines. Es un tema que tiene su complejidad operativa y legal, y que también amerita empezara a implementarse cuanto antes.
- Préstamos externos. Pueden ser de bancos, de la Reserva Federal, de China, o de quien sea. También requiere mucha gestión.
Si por
ejemplo, este Fondo tuviera capacidad de intervención de unos u$s 15,000
millones, seguramente lograría bajar el riesgo país de la zona de 900 bp, hasta
tal vez 600 bp o incluso 500 bp muy rápidamente.
En un
feedback positivo, ya muchos fondos y ahorristas locales empezarían a querer prestarle
a la Argentina.
Y toda la
angustia de estos tiempos, respecto a la capacidad de rollover de deudas, empezaría
a ceder fuertemente.
Esto no
debe dejarse para el nuevo gobierno. Porque si el nuevo gobierno encontrara que
los mercados “no le creyeran”, cada vencimiento se tornaría angustiante, y acorralado,
finalmente, terminaríamos con altas chances de default. Y más allá de que un
default puede llegar a ser “benigno” (es decir sin quitas y sólo con
alargamiento de plazos), no dejaría de ser un problema muy serio, tortuoso de
implementar, que afectaría no sólo a los acreedores, sino también al resto de
la economía (menos inversiones productivas, menos empleo, etc, etc).
Es
“responsabilidad” de Macri entonces, encarar el tema ahora, y dar solución al
problema tal como se plantea. Convivir con probabilidades de default muy altas,
habla mal de este gobierno. Habla de su incapacidad para resolver
problemas. Ojalá así lo entiendan Macri,
Marcos Peña y Cía, y obren en consecuencia.
lunes, 27 de mayo de 2019
Del “waiver cambiario a la flotación administrada” - Clarín 26 Mayo 2019
Sin dogmas. A pesar de lo que se cree, el FMI no siempre exige la libre flotación cambiaria
El 29 de abril último, Argentina logró algo muy importante: un permiso explícito para el uso de reservas de acuerdo a lo que sus autoridades monetarias (BCRA) consideren apropiado. Pero lo aprobado por el BCRA (con acuerdo del FMI) tendría algunas limitantes:
a) Pareceria que habría un límite diario de intervención en el “techo” de la Zona de Referencia (ex Zona de No Intervención), o por debajo de él, de US$250 millones.
b) No se sabe si hay un límite máximo de intervención acumulada. Las especulaciones van desde US$5.000 millones hasta US$16.500 millones (Reservas Netas de Pasivos en dólares). Pero bien podrían incluir los swaps (de más de US$ 20,000 millones), el Préstamo del FMI para acrecentar reservas (unos US$7, 300 millones), y otros pasivos, excepto los Encajes Bancarios, y obviamente, los saldos del Tesoro que son para sus propios gastos en dólares (intereses, Letes, etcétera). Es decir, si bien el BCRA podría contar con “Reservas Potencialmente Usables” por unos US$47,000 millones, hay quienes creen, que lo acordado (secretamente) con el FMI sería mucho menos.
c) Todo indica que el “empoderamiento” otorgado al BCRA para actuar finaliza una vez que se sepa quién sería el ganador de la contienda electoral.
Parecería entonces que estamos en presencia de un “waiver cambiario”, esto es, una dispensa, una exención, y que “en principio”, finalizada la contienda electoral volveríamos al sistema de “flotación cuasi libre” establecido en los acuerdos firmados con el FMI.
A mi entender, el nuevo Presidente, debería acometer como una de sus tareas prioritarias en materia macroeconómica, convertir el actual waiver, en la aceptación plena de un esquema de “flotación administrada”, que de punto final a la fallida experiencia de “cuasi libre flotación” implementada por el gobierno de Mauricio Macri desde diciembre de 2015, y que aún hoy, sus más conspicuos funcionarios defienden (por ejemplo, Marcos Peña:”…aprender a vivir con un tipo de cambio flotante es parte del desafío del cambio cultural en Argentina” (Clarín, 10/03/209, página 10).
Un esquema de flotación administrada, bien manejado, que permitiera optimizar el hecho de poder exhibir US$47,000 millones de Reservas Potencialmente Usables, permitiría un brusco descenso de las tasas de interés. Las estratosféricas tasas de Leliq, de más del 70% nominal anual a 7 días (aproximadamente 6% mensual), sólo tienen sentido en el marco de un fuerte riesgo percibido de devaluación. En esquemas cambiarios mucho más estables, esta tasa podría hoy bajar a la mitad, sin riesgos de elevar la tasa de inflación. Y si la inflación llegara a ser mucho más baja (volver por ejemplo al 1% mensual, cosa que durante 2020 se podría hacer perfectamente), la tasa de política monetaria bien podría bajar hasta el 15% anual.
La posición del FMI
Nos hemos acostumbrado a la defensa acérrima de la libre flotación por parte del FMI. Pero eso no implica que esto deba aceptarse como algo escrito en piedra. Es más, son variados los antecedentes de escritos dentro de las propias publicaciones del FMI, que deben servirle al próximo gobierno a la hora de renegociar el actual Stand By (cosa que deberá hacerse más no sea para reprogramar los pagos, obviamente impagables tal cual cómo están acordados).
Me remito sólo a 2 ejemplos.
a) En la publicación del IMF Staff de junio de 2000 (que se conserva como documento básico sobre el tema), se dice (traducción propia): “La principal conclusión es que continúa siendo cierto que no hay un solo régimen cambiario que es mejor para todos los países en todas las circunstancias. Los países miembros, continúan teniendo margen para elegir el tipo de régimen que mejor se adecúa a sus necesidades, siempre con la provisión de que el régimen elegido sea creíblemente apoyado por políticas consistentes con el régimen elegido. Qué régimen cambiario y políticas asociadas son apropiadas para un país, dependen de sus particulares circunstancias. Mientras la incrementada movilidad de los flujos de capitales ha venido llevando a que un creciente número de países finalmente hayan optado entre un régimen fuerte de tipo de cambio fijo (o uniones monetarias) y un régimen de libre flotación, regímenes intermedios es probable continúen siendo viables y apropiados en muchos casos”(página 1).
b) Aprobado por su alto directivo Mark Allen, el IMF publicó (16/08/2007) un documento que dice: “…La revisada Nota de Guía de Supervisión (SGN) incluirá guías en la determinación de los niveles de tipos de cambio, y límites de intervención, enfatizando la necesidad de un asesoramiento hecho a medida de las circunstancias del país, y evitando aproximaciones excesivamente prescriptivas” (página 7).
Casos exitosos
Casos exitosos, como los de Israel y Chile, han hecho uso intenso de intervenciones cambiarias (tanto de compra como de venta), y bandas cambiarias acotadas, en su transición desde altos niveles de inflación a bajos niveles de inflación, y sólo han optado por regímenes de libre flotación una vez alcanzados niveles muy bajos de inflación anual.
Conclusiones
Tanto la experiencia mundial como los antecedentes obrantes en el FMI, le deberían haber permitido a la Argentina una negociación diferente respecto al muy importante tema del régimen cambiario apropiado para el país. Macri, seguramente no muy bien asesorado en la materia, no lo hizo durante su gestión, aunque sí logró ahora un importante “waiver”, que bien implementado, nos debería permitir transitar en relativa paz todo este largo y por momentos demasiado angustiante período electoral. El próximo Presidente, cualquiera fuese el elegido, debería poder concretar una completa revisión del régimen cambiario (y monetario) acordado con el FMI. Un esquema de “flotación administrada”, conducido apropiadamente, es para mí, el régimen que mejor se adecúa a las circunstancias de nuestro país, y mantengo la expectativa de que así sea entendido tanto por el próximo gobierno como por las autoridades del FMI.
martes, 14 de mayo de 2019
Para que conviene usar las reservas? - El Cronista 14 May 19
El BCRA cuenta (datos al 23 de abril), con u$s 72,559 millones de reservas brutas. De ellas, u$s 9,058 millones no se pueden tocar, porque son del Tesoro (para su programa financiero). Y u$s 15,726 millones no se “deben” tocar, ya que son el respaldo de los depósitos en dólares que se hacen en los bancos.
Quedan pues, u$s, 47,775 millones de dólares que sí se “podrían” usar. De este total, u$s 17,032 MM no tienen contrapartida en pasivos en dólares. Son las que se definen como “Reservas Netas”, y no debería haber la más mínima duda de que podrían ser usadas por el BCRA para defender al peso.
Quedan u$s 30,743 millones de dólares que tienen contrapartida en pasivos en dólares, pero que también “deberían” poder usarse.
Veamos:
- Al FMI el BCRA le debe u$s 7,283, que le dio para “fortalecimiento de reservas”. Es el FMI el que debe autorizar su uso, pero si la decisión fuese “prohibido intervenir en los mercados cambiarios”, porque entonces les dan estos dólares al Tesoro para fortalecer su programa financiero?
- Hay swaps de yuanes con China (u$s 19,400 millones) y otros (u$s 1,046 millones) por un total de u$s 20,446 millones. Obviamente se pueden usar y se pueden ir renovando si fuera necesario. Pero el BCRA debe ir convirtiendo esto en dólares “cash”, para que el mercado se dé cuenta que son de “verdad”.
- Entre instituciones financieras internacionales y otras obligaciones, hay u$s 3,014 MM, que también podrían llegar a usarse. Son deudas de mediano plazo, que podrían también ir renovándose
Para que convendría usar entonces las reservas?
Para mí, hay un uso principal y otro secundario, en los que debería priorizarse:
- Para defender al peso, que es nuestra moneda (uso principal)
- Para defender a los que confiaron en el país, y tienen bonos públicos (uso secundario)
La defensa del peso
De aquí al 10 de diciembre, los depósitos más proclives a dolarizarse, probablemente no superen los u$s 5,000 millones. Pero no podemos descartar dupliquen esa cifra. Si el BCRA transmite la idea de que sólo dispone u$s 10,000 millones para actuar, esos u$s 5,000 millones iniciales pueden rápidamente llegar a u$s 10,000 millones, y luego llegar a u$s 15,000. Y como consecuencia, el dólar tendrá una fuerte presión alcista (y puede valer $60, o $70 hacia fin de año).
Si en cambio, el BCRA transmitiera que cuenta, p.ej. con u$s 30,000 millones para actuar si fuese necesario, hasta es probable que ni los primeros u$s 5,000 millones se terminen de concretar, y el dólar llegará al 10 de diciembre, al valor que el BCRA quiera (p.ej. $48).
La defensa del valor de los bonos
No convalidar las probabilidades de default que los mercados asignan a la deuda argentina, también debería ser un objetivo a lograr. El BCRA podría contribuir, por ejemplo con u$s 5,000 MM, a crear un Fondo de Recompra de Deuda Pública, que bien puede nutrirse también de fondos de la ANSES, de bancos públicos, y eventualmente de préstamos bancarios externos, a los efectos de comprar bonos públicos, de modo de lograr una baja importante de la tasa de Riesgo País.
Conclusión
Si de los u$s 47,775 millones de dólares que el BCRA tiene, “potencialmente usables”, destinara u$s 30,000 millones para defender al peso, y u$s 5,000 millones para un fondo destinado a la recompra de deuda pública, la total tranquilidad financiera hasta el 10 de diciembre quedaría asegurada. Y seguramente, terminaría vendiendo menos de u$s 5,000 millones (retiro de depositantes), y logrando incluso algún buen ahorro para el Estado (al recomprar deuda a precios relativamente bajos).
El BCRA podría darse “el lujo” de ni pensar en ofrecer para su uso, en tal caso, más de u$s 12,000 millones, que quedarían para potencial uso indefinido (en caso entremos en alguna guerra,caída de algún poderoso meteorito, o alguna calamidad completamente inesperada).
El BCRA debe profundizar lo logrado el 29 de abril. No puede mostrarse timorato en el potencial uso de reservas, ya que el mercado, si lo viera débil, sería mucho más probable que lo fuera a testear. Si se muestra fuerte, ante semejante poder de fuego, el mercado, es altamente probable se quedara tranquilo.
El FMI avaló el comunicado del BCRA que le permite usar las reservas a su mejor saber y entender, sin límites. No hay que dejar ahora, que en el día a día, estos logros se vayan diluyendo. Mostrar convicción de usar reservas no significa rifar nada. Significa defender a quienes tienen pesos para que puedan vivir tranquilos, y significa decirles a los que compraron bonos argentinos, que no fueron unos tontos en confiar en el país. Que no queremos ser “defaulteadores seriales”.
Ya que estamos en épocas de consensos, también cabe pensar que esto pueda consensuarse políticamente, para que las reservas puedan usarse para defender al peso, y subsidiariamente también, para defender el valor de los bonos argentinos.
jueves, 9 de mayo de 2019
Acciones concretas para bajar el riesgo - La Nación 09mayo19
Dividamos
la pregunta en 2 períodos: como bajar el riesgo país hasta el 10 de diciembre y
cómo bajarlo desde el cambio de gobierno.
Desde el 10
de diciembre es “fácil” la respuesta teórica: políticas sensatas que generen
buen grado de consenso interno, que promuevan el crecimiento económico, con
políticas fiscales, monetarias y cambiarias adecuadas, y mostrando una enorme
voluntad de pago de las deudas. Es mucho más difícil llevar eso a la práctica.
Y claro está, dependerá mucho de quien resulte finalmente el Presidente elegido
en las urnas para que pueda liderar un proceso así.
Hasta el 10
de diciembre, veo 2 áreas en las que se debería actuar: a) la financiera, b) la
política.
En lo
financiero, luego de lo logrado en términos de capacidad de intervención
cambiaria (cuestión que debe profundizarse aún más), una política que debería
poder ser viable, sería la de constituir un fondo, digamos de unos u$s 5,000
millones de dólares (idealmente el doble), provenientes mayormente de las
reservas del BCRA (excepto se consiguiera una ayuda extra externa), a fin de
desarrollar estrategias de recompra de deudas. Pueden ser estrategias directas,
p.ej. recompra de bonos, como ser bonos que vencen en 2020 o 2021, o
indirectas, p.ej. poner dólares en garantía de préstamos bancarios, de modo de
poder “apalancar” compra de bonos por montos superiores (p.ej. poder comprar
u$s 10,000 millones de bonos, incluyendo bonos de más largo plazo). El gobierno
debería aprovechar que se escuchan voces opositoras que dicen: “se van a gastar
reservas del BCRA que se necesitarán para pagar deuda”, y que desde el propio
kirchnerismo se escuchan voces de: “vamos a honrar la deuda”. Quién podría
entonces oponerse a que el Estado anticipe compras de vencimientos,
aprovechando los bajos precios actuales?
Sería una manera concreta de mostrar voluntad de pago, y el riesgo país
saldría de la zona actual tan alta, zona que por otra parte tiende a incentivar
la compra de dólares, como único refugio verdadero antes de las elecciones.
En el campo
político, tendríamos varias opciones. A mi juicio, la más contundente, sería
que pudiéramos vislumbrar desde ahora, que habría de haber, de verdad, un
gobierno de “unidad nacional” desde el 10 de diciembre. Una coalición, sobre la
base de Cambiemos-PJ Federal, invitando al resto de partidos, pareciera sería
lo mejor para llevar adelante políticas consensuadas, con dirigentes a cargo
también consensuados.
Es obvio
que un gobierno así debería concordar previamente los ejes centrales de su
gobierno. Sé que sería arduo pasar de las generalidades a un programa de
gobierno concreto, pero lo veo más posible de hacer de lo que normalmente se
piensa.
Esta
opción, de “máxima”, no la podemos descartar, pero luce poco probable,
principalmente por la oposición que al menos han mostrado hasta ahora desde la
cúpula de Cambiemos.
Otras
opciones, incluyen que tenga algún éxito la convocatoria actual del gobierno, y
que el mundo vea que en Argentina hay más unidad de la que parece, y mayor
voluntad de pago de la que se aprecia habitualmente.
Combinando
ambas cosas, acción financiera “concreta”, con acción política “concreta”, el
riesgo país debería bajar en forma apreciable. Y este largo camino hasta el 10
de diciembre, podría transcurrir con mucha menos angustia. Evitar que estos meses sean traumáticos, es
responsabilidad primaria de Macri y su gobierno.
Un paso
importante se ha dado en materia cambiaria. Un paso en gestación, es la de
haber convocado al diálogo a las fuerzas políticas en busca de consensos
concretos.
Pero habría
que profundizar aún más en lo cambiario, concretar acciones en el campo
financiero por ahora ausentes, y avanzar más clara y contundentemente en la
búsqueda de consensos políticos.
viernes, 3 de mayo de 2019
Escenarios hasta el 10 de diciembre Nota para Revista Noticias de Gabriel Rubinstein
Desde
ahora hasta el 10 de diciembre, muchas cosas podrían ocurrir. Y podría haber
notables sorpresas hasta el 22 de junio en cuanto a las candidaturas presidenciales.
Con
los elementos que tenemos hasta ahora, podemos sin embargo, visualizar 3
grandes escenarios principales.
En
uno de ellos, Cristina se presenta a las elecciones (22 de junio), permanece
siempre con buenas chances de ganar, y es posible terminara ganando en segunda
vuelta el 24 de noviembre. Lo principal de acá a diciembre (más allá de lo que
pudiera hacer durante su eventual gobierno), es que este escenario genera un
significativo temor en los mercados financieros. Y ante estos temores, se abren
2 escenarios importantes:
a)
el Gobierno de Macri acierte en manejar la situación hasta entonces, lo que
deriva en el escenario que llamamos de “Tensión Fuerte”
b)
el Gobierno de Macri no acierte en manejar la presente situación, lo que
terminaría derivando en un escenario que llamamos de “Caos”.
Hoy,
todavía un poco lejos del período crítico (julio-noviembre), estaríamos
navegando entre estos 2 escenarios, aunque dada las medidas cambiarias
recientes anunciadas el 29 de abril, predominaría con bastante fuerza, el
escenario de “tensión fuerte”.
En
el tercer escenario, por alguna razón, el “riesgo Cristina” se despejaría:
podría ser porque finalmente no se presente como candidata, porque Macri (o
eventualmente Vidal si a último momento reemplazara a Macri) subiera mucho en
las encuestas, o porque un candidato como Lavagna subiera mucho en encuestas,
con altas chances de entrar en ballotage (siendo que las encuestas lo dan como
casi seguro ganador si pudiera acceder a esta segunda vuelta).
La estrategia
del Gobierno durante la transición
A
pesar de lo riesgos de la estrategia política elegida por el gobierno (no
acordar con PJ Federal, no haber elegido a tiempo a Vidal como candidata, etc),
el gobierno venía aplicando una estrategia financiera “débil”, que se acaba de
modificar para bien.
Subsistirán
sin embargo dudas, como ser: el FMI no pondría realmente reparos si el BCRA
utilizara más de 10 mil millones de dólares para abastecer los deseos de
dolarización de los tenedores de pesos?
Habrá también una estrategia para recompra de bonos a fin de que no se
vuelva a disparar tanto (y más) el riesgo país?
Si
por algún motivo, las estrategias oficiales se percibieran insuficientes, o
poco creíbles, y Cristina siguiera con buenas chances de ganar, se habilitaría
un escenario donde el temor llevaría a las dinámicas bien negativas que
describimos como escenario de “Caos”.
Y
si el gobierno lograra consolidar los cambios iniciados el 29 de abril, con
algunas medidas adicionales (como ser, concretar la conversión de yuanes en
dólares, crear un fondo para recompra de bonos, etc), y disipa dudas que
pudieran quedar (en esencia, verdadera voluntad y autorización para vender
todas las reservas que les sean demandadas a un precio “razonable”, digamos,
menos de $50 por dólar), las probabilidades de “Caos” se disiparían realmente
mucho. Nos quedarían en caso de “acierto” del gobierno para la transición,
escenarios de “Tensión Fuerte” si Cristina siguiera muy competitiva, o un
escenario de muy buen “Alivio”, si las chances de Cristina se fueran
desvaneciendo.
Entonces,
imaginemos 3 dinámicas diferentes acorde a todo lo comentado.
Dinámica
favorable: se despeja riesgo Cristina
Si
Cristina decae en encuestas (o directamente no se presentara), las cosas
podrían experimentar importantes mejoras respecto a la situación actual.
Simulamos que Cristina finalmente no se presenta, y que además el gobierno
acertara plenamente en su estrategia financiera transicional. Que esperaríamos
sucediera?
Por
una parte, la dolarización sería limitada. Y el dólar bien podría llegar al 10
de diciembre por debajo de los $50 por dólar (no podemos descartar incluso
estuviera en valores menores a $45).
Con
tarifas ya sin aumentar, y salarios aumentando un poco menos que el 3% mensual,
podríamos estimar que la inflación promediara 2% mensual en los últimos meses
del año.
Las
tasas Leliq podrían terminar el año por debajo del 50%. Y el riesgo país bien
podría bajar de los 700 puntos.
La
actividad económica ganaría envión positivo, por aumento del salario real,
mejora financiera general, y panorama político mucho más despejado (más
inversiones, etc).
Caos posible:
Cristina sigue bien en encuestas y Gobierno no acierta en estrategia financiera
Cristina
inspira temor. Sus antecedentes no la ayudan. Durante su gobierno, entre otras
cosas:
a) El déficit
fiscal trepó desde el equilibrio en 2007 a un déficit del 5,1% en 2015 (que si
se midiera con la metodología actual, sería del 6,8%).
b) Financió ese
desequilibrio con emisión monetaria inflacionaria y vaciando al BCRA de sus
reservas.
c) Si la
inflación “sólo” promedió un 25% durante sus mandatos, fue gracias a un dólar
que se atrasó muchísimo, y a un increíble congelamiento tarifario, que costó
fortunas en subsidios, y que explican lo tarifazos posteriores.
d) Mostró muy
poco cuidado del ahorrista argentino, que fue inhibido de ahorrar en dólares
(cepo), y que incluso debió soportar tasas de interés más bajas que la
inflación buena parte del tiempo (la tasa promedio para depósitos a plazo fijo
fue del 14% a lo largo de los 8 años)
e) Mostró
también un marcado desapego a la ley a la hora de respetar los derechos de los
acreedores argentinos y externos. Como muestra:
a. Mantuvo el
falseamiento de las estadísticas del INDEC iniciado por Néstor, que implicaba
un default de facto de la deuda pública indexada al CER
b. Cuando pudo,
no solucionó el tema de los holdouts. En diciembre de 2014 venció la cláusula
RUFO y tampoco así solucionó el problema, desconociendo el fallo de la justicia
de Nueva York a la que voluntariamente el Estado argentino se había sometido.
c. El ministro
Axel Kiciloff anunció que el PIB del año 2013 había crecido un 4,9%, para luego
desdecirse, anunciando un crecimiento
del 2,9% que el mercado tomó como otra manipulación de datos con tal de
no pagar el cupón del PIB (que requería crecimiento mayor al 3,25%).
d. No empalmó
las series de PIB como correspondía, también a los fines de no seguir pagando
el cupón del PIB (hoy hay un juicio en Nueva York por este tema)
e. Otro juicio
que se ventila hoy en Nueva york, es el referido al no cumplimiento de oferta a
los accionistas minoritarios por la estatización de YPF.
De
modo que no cabe extrañar que en la medida en que mejoró en las encuestas, el
riesgo país haya estado subiendo.
Imaginemos
entonces que puede pasar si Cristina, como todo parece indicarlo, finalmente se
presenta, y se mantuviera muy competitiva en las encuestas:
1) Los tenedores
de deuda, temerosos de un posible (y relativamente probable) default,
renovarían muy poco de Letes, Lecap y Bonos. El riesgo país, podría superar los
1200 puntos básicos (si el gobierno no hace nada para evitar esto).
2) Los
depositantes más sofisticados y más grandes, preferirían dolarizarse, aún con
tasas muy altas, porque el temor de que hubiera un dólar más alto con Cristina,
probablemente en la forma de un dólar financiero 30 o 40% más alto que un dólar
comercial (control de cambios), llevaría implícito la posibilidad de fuertes
pérdidas, no habiendo tasa de interés que pudiera compensar esto (incluyendo el
riesgo de que finalmente los intereses que se pudieran pactar no fueran
cumplidos).
3) El BCRA
debería decidir como interviene, tanto en montos como en valores del dólar. Si
la demanda de dólares es fuerte y persistente, y el BCRA se muestra finalmente
un tanto timorato, sería posible que tal corrida se exacerbara.
4) Podría
suceder que el FMI se opusiera a que el BCRA venda “demasiadas” reservas, o,
más probable, que sólo autorizara ventas masivas a valores más altos que los
que el BCRA quisiera.
5) Si lo
anterior sucediera, tal vez veríamos al dólar llegar a valores de $60, antes de
que el BCRA se decidiera a usar toda su artillería.
6) Se armaría un
círculo vicioso: más suba del dólar, más inflación esperada, más sensación de descontrol,
más temor, más demanda de dólares, más suba del dólar y más pérdida de dólares
del BCRA, más temor, etc, etc
7) No podemos
descartar completamente (aunque es poco probable), que ya hacia la recta final
(octubre-noviembre), el gobierno se viera obligado a tomar medidas restrictivas
para minimizar el traslado de depósitos en pesos a dólares (para evitar dólar
se fuera a $70 o más).
8) Finalmente,
el 27 de octubre o el 24 de noviembre, Cristina sería elegida. Y el 10 de
diciembre debería anunciar un programa comprehensivo a fin de estabilizar la
crítica situación financiera
9) Quienes
piensan que con más tasas de interés, y con más restricción monetaria todo lo
comentado se pudiera evitar, se estarían equivocando. Por una parte, el BCRA se
vería obligado a perdonar a los bancos los previsibles incumplimientos de
encajes. Y por otra parte, tasas super altas (p.ej. del 100% o más) serían
vistas con altos riesgos de default (canjes compulsivos de depósitos, quitas,
etc). No evitarían la dolarización.
10) En todo ese
tránsito dramático comentado, de julio a noviembre, el PIB caería fuertemente,
el salario real también, y la situación se tornaría sumamente tensa desde el
punto de vista social. Si Cristina llegara a ganar en primea vuelta (por el
agudo deterioro financiero), no podríamos descartar tampoco, una entrega
anticipada del poder.
Escenario de
Tensión Fuerte, pero manejable
Si
Macri, reafirma y profundiza las medidas cambiarias tomadas el 29 de abril, las
dinámicas de “caos” serían muy factibles de evitar. Pero esto no quiere decir
que se puede evitar fuertes tensiones, fuerte nerviosismo, muy ligados a la
alta incertidumbre electoral.
Si
predomina este escenario (que es el que vemos más probable), seguiríamos con
muy altas tasas de interés (Leliq probablemente entre 65% y 75%), inflación que
no podría rondar el 2,5% mensual en meses venideros, y con bajo nivel de
actividad (el año terminaría tal vez con una suba del 1% (II-sem-19 vs
I-sem19). Pero no habría “caos”.
Conclusiones
Cuando Macri
optó por una estrategia “políticamente riesgosa”, debió, al menos, elegir una
estrategia financiera muy fuerte, que permitiera sin dudas evitar cualquier
posible caos. Recién el 29 de abril, una estrategia financiera fuerte empezó a
alumbrar. Con ello, el escenario de “caos” bajó mucho en probabilidad. Un escenario de verdadero “alivio” luce poco
probable, ya que implicaría básicamente, que Cristina no se presentara (o que
cometiera errores importantes durante la campaña que la alejaran de la
posibilidad de ganar). Es entonces un escenario de “fuerte tensión” el que se
está configurando como el que más chances tiene.
Pero como se decía al comienzo, estamos
ante una realidad muy fluida, y así como el 29 de abril ha sido un día de
“fuerte cambio” (positivo en términos de nuestra tranquilidad para sobrellevar
esta larga transición electoral), nuevos cambios importantes, positivos o
negativos, podrían acontecer. No nos queda más remedio que estar atentos, y
“resetear” escenarios y probabilidades todas las veces que fuera necesario.
viernes, 26 de abril de 2019
Diálogos de actualidad: Nota en Ámbito Financiero
26 Abr 2019
Por lo menos usar las reservas del FMI para recomprar deuda
Crees que toda la suba de riesgo país y dólar,
es miedo a Cristina?
Es miedo a
Cristina, pero también miedo a Macri, en el sentido de los riesgosos caminos
que ha tomado.
Que está haciendo realmente mal, a tu entender?
El tándem
Macri-Peña eligieron una estrategia muy riesgosa: nada de acordar con el PJ
Federal, nada de bajarse Macri y que sea Vidal la candidata. Siempre yendo a
300 km x hora por la ruta 3. Si se cruza un camión ….o una vaca…mala suerte ¡!
El propio Macri dice: “gano 52 a 48%”. Es como decir, “la verdad no sé si
gano”. Si elegís una estrategia tan
riesgosa, deberías haber pensado en una estrategia financiera acorde.
Como ser?
Tener
dólares que puedas usar para frenar subas del dólar disruptivas, y tener fondos
para comprar bonos si se produce una estampida como la actual, por ejemplo.
Pero hay reservas?
EL BCRA
cuenta con u$s 48,000 MM que potencialmente podría usar. Pero acordó con el FMI
usarlas en cuenta gotas, y sólo si dólar sube a $51,45. Malísimo acuerdo. Si
sólo van a hacer eso, al menos que los u$s 7,300 MM que les dio el FMI para
poner en una “caja de seguridad”, se los del al Tesoro, y con esto que recompre
bonos, que están por el suelo. Comprando el AO20 que vence en octubre de 2020,
por u$s 2,500 millones (en el sector privado), se hubieran ahorrado una buena
cantidad de dinero. Si Macri no piensa defaultear, Lavagna tampoco, y Cristina
“pareciera” ahora que tampoco, recompran deuda, le sacan un problema al nuevo
gobierno para 2020, y no dejan que cunda el pánico.
Pero el FMI no avalaría eso.
Y bueno, si
no hay dólares para calmar a los que tienen pesos, y no hay dólares para los
que tienen bonos, hubieran elegido una estrategia política mucho menos
riesgosa. Si vas a correr a 3oo km x hora, asegúrate que las gomas estén bien.
Si las gomas están gastadas, y encima te cruzan camiones y vacas en la ruta, no
vayas a 300 km x hora.
Se te nota enojado.
Es que
hubiera esperado más responsabilidad por parte del gobierno. Si el riesgo más
grande es que vuelvan políticas políticas populistas irresponsables, y vas
viendo que tu gobierno hace agua, juntate con todos los que piensan que no hay
que volver a eso, y cedeles el espacio político que les corresponde (aceptá tu
fracaso). Eso sería para mí obrar responsablemente.
Y el plancito de precios cuidados?
Es un
chiste. Si dólar sube, quien va a respetar eso? Además mostró al gobierno muy
débil. Se nota que hacen esto porque se asustaron de la caída en popularidad, y
tienen miedo que los radicales se les vayan. Pero no cambia nada.
Y ahora?
Rezar para
que podamos atravesar todo es larguísimo proceso electoral sin grave crisis, y
que emerja un gobierno responsable.
Te gusta Lavagna, no?
Ojalá se
erija finalmente en la tercer opción. Estoy seguro que no se hubiera mandado un
montón de macanas que cometió Macri. Y creo está en mejores condiciones que él
para generar un gobierno de consensos en serio. Y creo que estaría en mejores
condiciones de renegociar los acuerdos con el FMI para políticas más favorables
al país, que lo que estaría Macri.
No tenés miedo que si llegara a ballotage y
ganara, hubiera default?
Sé que
existe algo de temor en el mercado al respecto. Pero no esperaría eso. La deuda
la veo muy manejable, siempre que el gobierno sea respetado y creíble.
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