jueves, 9 de mayo de 2019

Acciones concretas para bajar el riesgo - La Nación 09mayo19

Dividamos la pregunta en 2 períodos: como bajar el riesgo país hasta el 10 de diciembre y cómo bajarlo desde el cambio de gobierno.

Desde el 10 de diciembre es “fácil” la respuesta teórica: políticas sensatas que generen buen grado de consenso interno, que promuevan el crecimiento económico, con políticas fiscales, monetarias y cambiarias adecuadas, y mostrando una enorme voluntad de pago de las deudas. Es mucho más difícil llevar eso a la práctica. Y claro está, dependerá mucho de quien resulte finalmente el Presidente elegido en las urnas para que pueda liderar un proceso así.

Hasta el 10 de diciembre, veo 2 áreas en las que se debería actuar: a) la financiera, b) la política.

En lo financiero, luego de lo logrado en términos de capacidad de intervención cambiaria (cuestión que debe profundizarse aún más), una política que debería poder ser viable, sería la de constituir un fondo, digamos de unos u$s 5,000 millones de dólares (idealmente el doble), provenientes mayormente de las reservas del BCRA (excepto se consiguiera una ayuda extra externa), a fin de desarrollar estrategias de recompra de deudas. Pueden ser estrategias directas, p.ej. recompra de bonos, como ser bonos que vencen en 2020 o 2021, o indirectas, p.ej. poner dólares en garantía de préstamos bancarios, de modo de poder “apalancar” compra de bonos por montos superiores (p.ej. poder comprar u$s 10,000 millones de bonos, incluyendo bonos de más largo plazo). El gobierno debería aprovechar que se escuchan voces opositoras que dicen: “se van a gastar reservas del BCRA que se necesitarán para pagar deuda”, y que desde el propio kirchnerismo se escuchan voces de: “vamos a honrar la deuda”. Quién podría entonces oponerse a que el Estado anticipe compras de vencimientos, aprovechando los bajos precios actuales?  Sería una manera concreta de mostrar voluntad de pago, y el riesgo país saldría de la zona actual tan alta, zona que por otra parte tiende a incentivar la compra de dólares, como único refugio verdadero antes de las elecciones.

En el campo político, tendríamos varias opciones. A mi juicio, la más contundente, sería que pudiéramos vislumbrar desde ahora, que habría de haber, de verdad, un gobierno de “unidad nacional” desde el 10 de diciembre. Una coalición, sobre la base de Cambiemos-PJ Federal, invitando al resto de partidos, pareciera sería lo mejor para llevar adelante políticas consensuadas, con dirigentes a cargo también consensuados. 

Es obvio que un gobierno así debería concordar previamente los ejes centrales de su gobierno. Sé que sería arduo pasar de las generalidades a un programa de gobierno concreto, pero lo veo más posible de hacer de lo que normalmente se piensa.

Esta opción, de “máxima”, no la podemos descartar, pero luce poco probable, principalmente por la oposición que al menos han mostrado hasta ahora desde la cúpula de Cambiemos.

Otras opciones, incluyen que tenga algún éxito la convocatoria actual del gobierno, y que el mundo vea que en Argentina hay más unidad de la que parece, y mayor voluntad de pago de la que se aprecia habitualmente.

Combinando ambas cosas, acción financiera “concreta”, con acción política “concreta”, el riesgo país debería bajar en forma apreciable. Y este largo camino hasta el 10 de diciembre, podría transcurrir con mucha menos angustia.  Evitar que estos meses sean traumáticos, es responsabilidad primaria de Macri y su gobierno.
Un paso importante se ha dado en materia cambiaria. Un paso en gestación, es la de haber convocado al diálogo a las fuerzas políticas en busca de consensos concretos.

Pero habría que profundizar aún más en lo cambiario, concretar acciones en el campo financiero por ahora ausentes, y avanzar más clara y contundentemente en la búsqueda de consensos políticos.



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